per Òscar
Pérez Silvestre
Filòleg,
investigador i escriptorESPADÀNIQUES vol agrair novament a l'autor la cessió d'un treball inèdit per a este blog. Oferim la segona de les cròniques excursionistes que va publicar Eleuterio Pérez Solernou en la Revista de Castellón (1913). Trobareu la primera ("Una ascensión al Beñalí") en este enllaç, amb una breu semblança del mestre i publicista valler.
A
TRAVÉS DE LA SIERRA
Con
la grata compañía de antiguos y queridos discípulos, realicé una
excursión á través de los riscos de la magnífica y cercana sierra
de Espadán. Nuestro propósito era pasar un día en pleno campo,
aspirar á pulmón libre el aromado aire de las frondas.
Al
amanecer salimos de Vall de Uxó, con rumbo á Alfondeguilla,
provistos de abundante merienda y demás adminículos propios de esta
clase de expediciones. A la salida del pueblo encontramos el
acueducto de San José, que participa de los estilos romano y árabe,
el cual canaliza las aguas para el consumo público.
El
primer panorama de gran belleza lo contemplamos desde la terraza del
ermitorio de San José. Colocados en la clave de un inmenso arco de
herradura, veíamos á ambos lados un cordón montañoso, poblado de
cultivos, en el centro el Valle del Cristel con sus masas de
naranjos, y en el fondo la silueta de Vall de Uxó, perfilando las
torres y cúpulas de sus iglesias sobre la azul extensión del mar.
Hasta Alfondeguilla la topografía nos ofrecía de continuo una
hermosa variedad de accidentes. El camino, sólida y bien cuidada
carretera, va serpenteando entre las amplias laderas de Pipa y Sumet.
Los
terrenos son de naturaleza calcárea y el cultivo nos ofrece en gran
profusión masas de olivos y algarrobos.
La
vista de Alfondeguilla recuerda los pueblos suizos recostados entre
pinares, con la sola diferencia de que aquí los pinos son
alcornoques. El pueblecito constituye una linda nota, puesta entre
montañas escarpadas. Las casas trepan hacia el monte y parece como
que descansan sobre el florido barranco, precioso vergel que
amorosamente las circunda.
![]() |
Fondeguilla cap al 1919. Font: Volta al Terme |
Los
excursionistas nos dirigimos al castillo de Castro. La subida era
áspera y dura, y el camino pedregoso y resbaladizo, a causa de la
arenilla del rodeno; los alcornoques, en grandes masas y de colosales
dimensiones, formaban grandioso pabellón de sombra. El paisaje era
soberbiamente hermoso; á ambos lados del camino gigantescas
concresiones triásicas, cubiertas de bosques de alcornoques y pinos,
daban al cuadro proporciones fantásticas; en el fondo del barranco
de Castro se oía el rumor del agua, y en todos los claros de la
tierra estallaba una floración tumultuosa de plantas serranas y
fragantes. Mezclados con los árboles del corcho, veíamos bancales
de vides, cerezos y hortalizas, y para contener la tierra
sustentadora de un solo arbusto, admirábamos sólidos estribos de
piedra, proclamando la proverbial laboriosidad del agricultor
levantino.
![]() |
Torre del castell de Castro (1910). Eleuterio Pérez encara la va poder contemplar. Va ser volada en la Guerra Civil per evitar ser un punt de referència per als avions |
Entre
la bravía naturaleza de este trozo de tierra, aparecía la fuente de
la Teula orlada de gentiles helechos. Allí bebimos con avidez un
agua de pureza sin igual y seguimos la ascensión. La entrada en el
castillo de Castro dio motivo á grandes exclamaciones de alegría;
experimentábamos una singular satisfacción al llegar a la cumbre.
Después de almorzar con voraz apetito, recorrimos todo el ámbito de
la fortaleza. Nuestra conversación recayó sobre las ruinas que
presenciábamos; aquellos lienzos de muralla, arcos y torreones, hoy
en completa ruina, fueron un tiempo gallarda é inexpugnable
fortaleza que cobijó quizá á los iberos en lucha con los romanos y
más tarde á los moriscos defendiéndose de los soldados de la
Reconquista. Hoy solo quedan en pie un arco romano y un trozo de cubo
ó torreón. La cisterna se conserva bien y en ella hay perenne
depósito de agua fresca y cristalina. De Castro hay una nota
interesante, consistente en unos signos grabados sobre la superficie
de una piedra, idénticos á los vistos por el insigne maestro D.
Pascual Meneu en las aceras de Numancia.
Desde
Castro a Eslida el camino es un encanto de los ojos. Primero cruzamos
tres inmensas torrenteras, después pasamos por varias chozas de
carboneros y pastores, y al llegar al collado de Nevera pudimos
contemplar absortos un cuadro de intensa poesía. El castillo
destacaba su mole roquera sobre un cielo de grandes y blancas nubes.
Su silueta legendaria nos hacía recordar la de aquellas fortalezas
medioevales que ilustran las páginas de los cantares de gesta. Por
su falda fragosa pacía un rebaño de cabras y todo tenía tal
encanto que evocaba escenas de los tiempos heroicos y pastoriles.
Desde
el collado de la Viña se ve Eslida en el fondo de un valle.
Descendimos hasta el Coll Roig, punto de unión de varios caminos que
conducen á Alfondeguilla, Artana y Vall de Uxó, cruzando después
imponentes masas de olivos. A poca distancia del pueblo bebimos en la
fuente de la Canaleta,
y á
las doce hacíamos nuestra entrada en Eslida. La riqueza de olivos,
alcornoques y nogales es aquí considerable y los frutos de superior
calidad. Eslida es el corazón de la sierra
de Espadán.
Eslida des del coll Roig |
Después
de comer una paella apetitosa y dar un paseo por los encantados
parajes que rodean la linda población, salimos con dirección a
Artana. Los seis kilómetros que separan ambos pueblos los recorrimos
entre risueñas vertientes de vegetación frondosa, por cuyo fondo
discurre la nueva carretera. A la mitad del trayecto hicimos alto en
la fuente de Santa Cristina, bebiendo en el claro manantial que los
artanenses han canalizado para el riego de la huerta.
![]() |
Font de Santa Cristina (anys 20). Artanapèdia |
No
pudimos detenernos en Artana, así es que cruzando su espléndida
vega tapiada por los trigales, emprendimos la marcha hacia Vall de
Uxó. En el camino encontramos la fuente de la Xorba (palabra arabe,
que significa bebida dulce). Desde aquí el sendero va escalando las
montañas Umbría y Collado de la Ereta hasta llegar á los canales
de este nombre. Hasta la fuente del Anohueret, el camino es un
encanto, ofreciendo á los ojos una serie de perspectivas
hermosísimas cual cinta cinematográfica.
Primero
percibimos el pico de Font de Cabres,
abrupto
y cubierto como un mástil; después la extensa llanura de la Plana,
dorada por el sol poniente; más adelante la imponente silueta del
Castillo de Uxó destacando sobre el azul del mar, y por último, el
panorama conocido del pueblo natal con su larguísima hilera de casas
que abraza la huerta cual cinturón de verdura. En la serenidad del
claro atardecer contribuían á aumentar la poesía de nuestras
sensaciones unos halcones que se balanceaban en la inmensidad del
espacio y una estela plateada que dejaba la luna en las quietas aguas
del mar.
Llegamos
al término de la excursión satisfechos de haber vivido un día en
pleno campo, entre frondas y arroyos, sintiendo en el espíritu el
beso vital de la naturaleza.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Moltes gràcies pel teu comentari. Entre tots i totes hem de treballar per fer un territori millor.